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Tras la condena a Herrero, ahora investigan a una médica y a un abogado

Se trata de Virginia Creimer y Luciano Peretto, ambos pertenecientes a la querella de Astudillo Castro.

Cerrada la primera etapa, con la condena a Marcos Herrero a 7 años de cárcel, la Justicia ahora pondrá la lupa en otras personas. Los investigadores están convencidos de que el perito trucho no actuó solo.

El fiscal Santiago Ulpiano Martínez avanza en una imputación contra el abogado Luciano Peretto. Hay escuchas telefónicas y videos que podrían llegar a comprometerlo. El letrado, oriundo de Villarino, fue el primero en tomar contacto con Cristina Castro. Acercó al otro abogado (Leandro Aparicio), a tres testigos que atestiguaron falsedades —funcionales para girar la causa de la Justicia ordinaria a la Federal— y fue quien convocó al ahora condenado Herrero.

Y no solo eso: sus aceitados contactos con un sector político del radicalismo le brindaban una contención que lo hacía pisar sobre seguro.

Luciano Peretto (Foto de archivo)

Peretto, de un perfil más bajo que el locuaz Aparicio, habría sido el “cerebro” de la operación. Al menos así lo creen varios de los que conocen el expediente desde hace años. La estrategia fue sencilla, pero eficaz para lograr un gran impacto mediático y político: atacar las pruebas y testimonios verdaderos (por caso, el informe del EAAF y del CONICET, o el testimonio del Testigo H) y “ensalzar” al plantador de pruebas.

Peretto seguramente deberá explicar si es verdad que borró videos del caso o, por ejemplo, cómo pudo ser posible que, durante el viciado procedimiento del Toyota Etios en la sede de Gendarmería, pudiera “reconocer” una minúscula piedra “hallada” por el ahora condenado.

Descalifican al equipo de Antropología y "ensalzaban" al plantador de pruebas.

¿Cómo fue posible que el abogado reconociera ese “amuleto” de Facundo al canto de “es la turmalina”, si no conocía a Facundo y no había visto nunca antes —supuestamente— la turmalina? Ese circo, en plena pandemia y con gendarmes de adorno, quedó filmado. Otra pregunta obvia: ¿los elementos plantados eran de su propia colección? ¿La "vaquita de San Antonio" la hurtó sin que nadie se diera cuenta de la casa de los Astudillo?

Otra de las personas que será investigada es la médica forense Virginia Creimer. No tanto por discutir lo que ninguno de los peritos del Equipo Argentino de Antropología cuestionó durante la autopsia a los restos de Facundo, sino por su actuación en uno de los tantos “allanamientos” a la seccional de Origone.

Virginia Creimer (Foto de archivo)

En ese contexto, testigos que desfilaron durante el juicio afirmaron que fue ella quien insistió “una y otra vez” para que Herrero y sus perros pasaran sobre unos restos de basura que ya habían sido rastrillados (donde se había encontrado meses antes la vaquita plantada). En ese lugar, “mágicamente”, apareció un tercer amuleto (segunda turmalina). Y la querella, sin ponerse colorada, festejaría y acusaría con esas “pruebas”.

Un dato que durante el juicio no pasó desapercibido, que es técnico, pero dice mucho, es que el fiscal Gabriel González Da Silva rechazó hacerle preguntas tanto a Luciano Peretto como a Cristina Castro, madre de Facundo, propuestos por la defensa del peritrucho.

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