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Videos y más delirios de Herrero sobre el hallazgo de la "turmalina"

En el comienzo de la semana, nuevos peritos declararon y dejaron expuestas las inconsistencias del peritrucho.

En otra jornada de juicio contra Marcos Herrero por sus truchadas en la Causa Facundo, este lunes hubo nuevas declaraciones de peritos de Gendarmería y se exhibieron videos que son elocuentes en cuanto a la “actuación” del imputado.

Yamila Portillo es licenciada en criminalística de Gendarmería Nacional y participó de varios de los procedimientos donde ningún perito de la fuerza nacional encontró rastros. Por el contrario, y como siempre, el peritrucho “marcaba positivo” por todos lados.

Como otros habían mencionado, manifestó que el perito de la querella señalaba distintos elementos que para los miembros de la Gendarmería no eran de importancia. Y que, por ejemplo, la seccional de Origone ya había sido registrada, no estaba precintada y era de libre acceso.

Lo más destacado de la mañana fue cuando se exhibió el video de la inspección en el Toyota Etios en el patio de la Gendarmería, en el Barrio Universitario. Allí los especialistas oficiales no detectaron nada, pero Herrero cantó victoria al decir que su perro olía a Facundo en el hueco de la rueda de auxilio del baúl.

Fue muy delirante el “hallazgo” que haría en GNA, porque lo anunció 15 días antes por televisión tras una inspección al mismo rodado. “En ese vehículo, el Etios, hay un elemento de la persona de Facundo”, dijo. Y pidió volver a revisarlo. Por supuesto, en la segunda revisión halló el “elemento”.

En esa segunda revisión, Herrero pide levantar una tapa de baúl y allí marca una “piedrita”. Es decir, según el ahora imputado, esa piedrita -después de 5 meses- tenía olor a Facundo.

No menos inquietante fue el momento en el que una integrante de Gendarmería levanta con la mano piedritas y vidrios de pequeñas dimensiones y desde la querella gritaron: "¡Es la turmalina!"

A todos los presentes les llamó la atención. Es más, la gendarme -especialista en geología- no supo determinar que se trataba de una “turmalina”. Otro integrante de la fuerza federal indicó que le extrañó cómo podían conocer la composición, que recién se conoció en laboratorio.

Luego de ver el video del show del peritaje, Herrero pidió volver a declarar. Y agregó nuevos delirios, como por ejemplo que la “toma de olor” que le dio a su perro era “sangre en descomposición de Facundo”. Cuando el fiscal Gabriel González Da Silva le preguntó lo obvio, es decir, de dónde había sacado la sangre de Facundo, no supo qué contestar.

Por último, prestó declaración el efectivo de la Policía Federal Cristian Arias García, que había estado en la primera inspección al Etios en la puerta de la PFA en calle Rondeau.

Sus palabras volvieron a complicar a Herrero, pues lo que dejó en evidencia es que ya en la primera revisión al vehículo se habían observado los “vidrios” en la zona del baúl. Pero Herrero no ordenó “levantarlos” como sí lo hizo en la segunda vuelta. Evidentemente, no había alcanzado -él o alguna otra mano- a colocar la famosa turmalina.

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