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La Iglesia italiana le abre la puerta a los sacerdotes homosexuales: cuál es la condición

Un documento que entró en vigencia esta semana les permite ingresar a los seminarios.

En lo que algunos interpretaron como un paso adelante notable, con el vía libre del Vaticano y fuertes restricciones, la Iglesia italiana le abrió las puertas a los sacerdotes homosexuales. Según un documento aprobado “en vía experimental” por tres años por el Dicasterio del Clero para la Conferencia Episcopal italiana, que entró en vigor este jueves, los seminarios italianos podrán admitir candidatos gay, siempre y cuando -y tal como se le exige también a los candidatos heterosexuales-, garanticen el compromiso a “elegir libremente y vivir responsablemente la castidad en el celibato”.

La línea de la Iglesia Católica siempre se remontó a una “instrucción” de 2005 de la Congregación para la Educación católica “acerca de los criterios de discernimiento vocacional con respecto a las personas con tendencias homosexuales en vista de su admisión al seminario y a los órdenes sacros”. Ese texto, de la época de Benedicto XVI, que fue ratificado por Francisco en 2016, estableció que la “Iglesia, aun respetando profundamente a las personas en cuestión, no puede admitir aquellos que practican la homosexualidad, presentan tendencias homosexuales profundamente arraigadas o sostiene la llamada cultura gay”.

De 89 páginas, el nuevo documento sobre “La formación de los presbíteros en Italia”, que entró en vigor este jueves, en el párrafo 44 reitera en forma exacta la frase anterior. Es decir, que no podrán ser admitidos quienes tienen una “profundamente arraigada” tendencia homosexual, no pueden vivir la castidad y respaldan a la llamada cultura gay, “porque dichas personas se encuentran, de hecho, en una situación que obstaculiza gravemente un correcto relacionarse con hombres y mujeres”.

Pero, como destacó en un posteo en X el padre jesuita norteamericano James Martin, autor de best sellers religiosos, una de las voces más influyentes del mundo católico norteamericano progresista y referente del mundo LGTB, a continuación, el mismo texto dice algo totalmente novedoso.

“En el proceso formativo, cuando se hace referencia a tendencias homosexuales, es también oportuno no reducir el discernimiento solo a tal aspecto, sino, así como para cualquier candidato, entender el significado en el cuadro global de la personalidad del joven, para que, conociéndose e integrando los objetivos propios de la vocación humana y presbiterial, alcance una armonía general. El objetivo de la formación del candidato al sacerdocio en el ámbito afectivo-sexual es la capacidad de recibir como don, elegir libremente y vivir responsablemente la castidad en el celibato”, añade.

El jesuita Martin interpretó este párrafo como una apertura enorme. “Esta es la primera vez que veo en un documento aprobado por el Vaticano la sugerencia de que el discernimiento sobre si un hombre gay puede ingresar al seminario no puede determinarse simplemente por su orientación sexual. Mi interpretación de esto -y es sólo mi interpretación- es que, si un hombre gay es capaz de llevar una vida sana, casta y célibe, se le puede considerar para su admisión al seminario. Entonces, a mi modo de ver, esto es una especie de paso adelante”, aseguró.

“Por primera vez se abre oficialmente la puerta a los candidatos gay”, explicó Martin.

Mientras que los principales diarios italianos coincidieron en destacar la misma novedad, el diario Avvenire, de la Conferencia Episcopal Italiana, sin embargo, en un artículo titulado “Sobre gays y sacerdocio las reglas no han cambiado para nada”, consideró esa interpretación “una lectura errada” del nuevo documento, creando cierta confusión.

Fuente: La Nación

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