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La inspiradora historia de la nadadora que con 100 años rompió tres récords mundiales

La natación se transformó en un refugio emocional a lo largo de su vida.

Betty Brussel, una mujer de 100 años, ha desafiado los límites del envejecimiento al romper tres récords mundiales de natación en enero de 2024. Su historia destaca por su energía y vitalidad, demostrando que la longevidad no tiene por qué estar asociada a la inactividad. A pesar de entrenar solo dos veces por semana en el White Rock Wave Swim Club, Betty ha logrado resultados extraordinarios gracias a su constancia y dedicación. Este enfoque sencillo, alejado de los entrenamientos intensivos, refleja su filosofía de vida: disfrutar cada momento.

La conexión de Betty con el agua comenzó en los canales de Ámsterdam, donde aprendió a nadar durante su infancia junto a sus hermanos. Este amor por la natación se transformó en un refugio emocional a lo largo de su vida, especialmente tras la pérdida de su esposo Gerrit. En Canadá, donde emigró en 1959, la natación se convirtió en su salvación emocional y en una herramienta para mantenerse activa. Desde su incursión en competencias a los 68 años, ha acumulado medallas y reconocimiento mundial.

La rutina de Betty no incluye técnicas avanzadas ni sesiones extenuantes. Se basa en escuchar a su cuerpo y mantener un ritmo constante. Este enfoque la llevó a completar 400 metros estilo libre en 12 minutos y 50.3 segundos, superando el récord anterior por casi cuatro minutos. También rompió marcas en los 50 metros espalda y 50 metros braza, estableciendo tiempos impresionantes para su categoría de edad. A pesar de su avanzada edad y problemas de salud, como un ataque al corazón y el uso de un marcapasos, Betty mantiene su independencia y movilidad con una actitud positiva.

Su historia inspira a personas de todas las edades, recordando que nunca es tarde para perseguir nuevas metas. Betty cree que la natación no solo mejora la salud física, sino también la mental, ayudándola a encontrar equilibrio y felicidad. “Siempre me siento mejor después de nadar que cuando entro a la piscina”, comenta. Su filosofía es disfrutar del proceso más que de los resultados, valorando la diversión por encima de los récords.

Además de nadar, Betty mantiene su mente activa con actividades como leer, bordar y resolver acertijos. Su dieta es sencilla y equilibrada, lo que complementa su estilo de vida activo. En las competiciones, su personalidad carismática y su pasión por el deporte atraen a quienes la rodean. Según su entrenadora, Betty inspira confianza y tranquilidad en el agua, características que definen su enfoque hacia la vida.

Betty Brussel no solo es una nadadora excepcional, sino también un ejemplo de resiliencia y amor por la vida. Su historia demuestra que la edad no es un obstáculo para lograr metas extraordinarias, sino una oportunidad para redescubrir pasiones. “No sé si es la natación o mi amor por la vida lo que me mantiene así. Probablemente, una mezcla de ambos”, reflexiona. Su legado es una invitación a vivir plenamente, sin importar la edad.

Con información de Infobae

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