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Qué es de la vida de Mauro Laspada, el defensor recordado por sus patadas

“Con el VAR hubiera sido imposible”, destacó el ex Olimpo.

Mauro Laspada fue conocido por su estilo de juego agresivo, siempre buscando sacar la pelota y, tal vez, que “le duela” al rival. Su dureza en la cancha lo consagró como uno de los defensores más rústicos que pasaron por el fútbol argentino y él mismo acepta que, de haber existido en ese momento el VAR, su trayectoria hubiera sido muy distinta. Pero, con los años, su vida dio un vuelco: hoy está al frente de una Academia de fútbol infantil en Salta y tienen un trabajo en una empresa agrícola.

“Con los delanteros hasta a veces había piñas dentro de la cancha. Hoy con la tecnología nos tendríamos que retirar jóvenes. Sería imposible”, se sinceró Laspada, quien comenzó a jugar al fútbol en el Club Atlético Sporting, el equipo de su ciudad, Punta Alta. De ahí se fue con 18 años a Independiente, donde jugó hasta la Quinta División. El equipo de Avellaneda lo cedió a Godoy Cruz antes de que firmara su primer contrato.

Toda su carrera la hizo en la Argentina, con pasos por clubes como Atlético Rafaela, Juventud Antoniana de Salta, Belgrano de Córdoba, Tigre, Olimpo de Bahía Blanca, Unión de Santa Fe y Alvarado de Mar del Plata.

Hasta la actualidad, los fanáticos del fútbol lo recuerdan por sus apariciones en el “ranking rústico” del programa Líbero. Sus patadas y fuertes cruces solían salir siempre en los compactos. “Me divertí mucho con ese tema, siempre siendo responsable a la hora de jugar”, comentó.

De dirigir a Juventud Antoniana a ponerse una escuelita de fútbol

Laspada conoció Salta gracias al Club Juventud Antoniana y a partir de ese momento no se fue más. El destino lo llevó a conocer a Maca, con quien se casó y formó una familia. Juntos tienen dos hijos: Giuliano, de 8 años, y Constanza, de 5.

El exdefensor 49 años lleva una vida activa tanto en el deporte como en el ámbito empresarial. Junto a otros exfutbolistas, es socio fundador de una academia de fútbol infantil mixto, que ya tiene cuatro años. “Somos una fundación, los chicos aprenden valores jugando al fútbol”, destacó.

La academia se dedica a enseñar a nenes y nenas de entre 5 y 16 años a través del deporte. “Los que juegan bien se van a probar a equipos grandes de Salta, pero por decisión propia. Nosotros no nos metemos en nada de eso”, explicó Mauro.

Mauro Laspada, hoy: empresario de productos agrícolas

Pero la escuelita de fútbol no es su única ocupación: después de retirarse como jugador profesional en Sporting de Punta Alta en 2009, su vida dio un giro y ahora es parte de una empresa agrícola que se encuentra en Oliveros, provincia de Santa Fe.

La compañía se especializa en la producción de aceites, expeller (es un subproducto que se genera a raíz de la extracción de aceite de soja, girasol o el algodón) y harina de soja HI Pro. “Llegué a ser socio fundador gracias a la invitación de algunos amigos con experiencia en el rubro”, reveló.

La particular opinión sobre el VAR que tiene Mauro Laspada

El exdefensor no se arrepiente de su estilo rudo en el fútbol argentino: su objetivo principal era sacar la pelota y hacer sentir el rigor al rival en cada quite. “La patada a (Rodrigo) Palacios en la cancha de Boca es la más famosa, pero en el Nacional B de los 90 había muchas peores”, sostuvo con algo de humor.

En una época en la que el VAR no existía y los árbitros no podían apoyarse en la tecnología, Laspada supo sacar provecho. “Con los delanteros a veces hasta había piñas dentro de la cancha”, reveló el zaguero sobre la intensidad con la que se vivía cada partido en esos tiempos.

Hoy, Laspada bromea: asegura que no podría ser el mismo jugador en la era del VAR. Con las cámaras observando cada movimiento, el tipo de marca que él imponía sería sancionado de inmediato por cualquier árbitro: “Yo trataba de quitar y que le duela. Hoy eso sería imposible”.

Fuente: TN

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