En cuatro días, se aprovechó de la solidaridad de la gente de Pigüé y Pergamino. Y no es la primera vez que lo hace. Es una historia que este hombre repite sistemáticamente desde 2013.
Pedro Enríquez y su hijo Fernando llegó a Pergamino la mañana del sábado 14 de enero con un pedido desesperado. Necesitaban llegar a Trelew, donde se encontraba el resto de su familia. No tenían dinero como para pagar los pasajes de micro y ni siquiera contaban con gran parte sus pertenencias: un camionero que los iba a llevar a Bahía Blanca, los dejó tirados en la ruta y se llevó consigo valijas con prendas de ropa y otros artículos personales.
Los productores de la radio no dudaron en sacar al aire la historia de Enríquez y su hijo. Le dieron micrófono y le permitieron contar su historia. Pedro inició el relato y a los pocos minutos las lágrimas y la congoja condimentaron el ambiente.
El hombre brindó el relato de una familia acongojada por la reciente pérdida de un integrante y desesperada por una situación laboral límite: Enríquez dijo que durante los últimos años abandonó su Trelew natal para mudarse a Santa Fe, donde trabajaba para una contratista de Austral Construcciones, la empresa de Lázaro Báez.
Después de la detención del empresario santacruceño, el protagonista de la historia contó que perdió su trabajo y tuvo que vivir de sus ahorros. Dijo que pudo subsistir durante unos meses pero en diciembre un incendio devoró su casa y en el incidente perdió la vida su hijo mayor. Ya sin recursos y con la necesidad de cambiar de aires, la familia decidió emprender el regreso a Trelew. Sus ahorros le permitían afrontar los pasajes de su esposa, sus dos hijas y su nieto. Por eso, pedía ayuda para poder llegar finalmente a la ciudad patagónica y empezar de cero.
En pocas horas, vecinos le llevaron ropa, comida y, especialmente, dinero para poder ayudarlo. Incluso, la titular de la cartera municipal, se acercó personalmente a la radio para atender el pedido de ayuda de ese hombre con su hijo.
Desde el Municipio se les consiguió pasajes a ambos desde Pergamino a Junín, y luego otros desde Junín a Bahía Blanca y luego a Trelew. Además, se les consiguió una noche en uno de los hoteles de la ciudad.
Poco antes de las 9 de la noche, Enríquez y su hijo llegaron al hotel Fachinat. Pedro Enríquez y Fernando tenían pasaje para el mediodía del domingo. Sin embargo, abandonaron el hotel poco antes de las 8 de la mañana.
Tal fue la repercusión que los principales medios gráficos de la ciudad publicaron la historia en sus portales y el episodio también se distribuyó en las redes sociales…
Hasta que el caso trascendió las fronteras y se topó con una realidad tan inimaginable como indignante: "Sole, ¿Cómo estás? Te mando la foto de este mentiroso… Pasó por Pigüé, donde yo vivo, el 9 de enero. Acá la gente se movió y le compraron dos pasajes a Santa Fe de 1.400 pesos a cada uno. Les dieron comida y ropa nueva. Alguien se enteró de que en Pergamino hizo lo mismo", fue el mensaje escrito por una joven de Pigüé en las redes sociales.
Cinco días antes, el caluroso martes 9 de enero, el Canal 4 de televisión de la ciudad de Pigüé recibió en el mostrador de entrada a un hombre de unos 50 años, bien vestido, con muchos rulos canosos, los ojos algo achinados, anteojos con marco y cristales rectangulares, una remera gris con un jean y la vista sobre el suelo.
Pedro Enríquez también estaba con su hijo Fernando y pedía ayuda porque un camionero los estaba llevando a su casa, los dejó en el camino y se llevó sus pertenencias. El hombre pidió acudir a una estación de servicio ubicada cerca de la ruta y no quiso moverse de allí.
La historia de su relato era prácticamente calcada de la comentada después en Pergamino, pero con algunos cambios. Estaba presente la pérdida de trabajo en Austral Construcciones, estaba el incendio de su vivienda con la pérdida de un ser querido, pero el origen y destino de sus viajes era directamente opuesto. El hombre dijo haber trabajado los últimos cinco años en Río Gallegos y que necesitaba acudir a su Santa Fe natal para reencontrarse con su familia.
El caso fue asumido por una representante del Servicio local de promoción y protección de derechos de niños, niñas y adolescentes.
"Nos dijeron que estaban en una estación de servicio y no se querían mover de ahí. Nosotros acudimos a ese lugar, donde pudimos corroborar que el hijo era definitivamente suyo. Además, gracias al aporte de la Municipalidad, le conseguimos dos pasajes directos a Santa Fe, para que pudieran ir a su casa lo antes posible", explicó una fuente de la secretaría de Desarrollo Social que prefirió no dar su identidad.
"Estamos indignados con lo que hizo este hombre. Hoy me enteré de lo que hizo en Pergamino y no lo podemos creer. Acá en Pigüé somos muy pocos y nos conocemos. Por eso, cuando aparece algo así no tardamos nada en mostrar nuestra solidaridad. Se movió toda la ciudad por este hombre".
Enríquez abandonó Pigüé en la misma noche del martes. Ya el miércoles por la mañana, mandó un mensaje a los servicios públicos de la ciudad: "Llegamos bien. Estamos en familia. No lo puedo creer. Vino un montón de gente a ayudarme. Nunca me voy a olvidar de Pigüé".
En la última semana, tanto Pigüé como Pergamino masticaron bronca, indignación y hasta, en algunos casos, sentimiento de venganza. Los municipios de ambas ciudades todavía no determinaron si realizarán una denuncia.
(Fuentes: Infobae, Semanario Reflejos y LB24)
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