Ivana Reyes tiene 24 años, vive en Tres Arroyos y transita las últimas semanas de gestación de su hija por nacer, la cual "está peleando para vivir desde el principio porque le falta la mitad de su corazón".
Según publica La Voz del Pueblo, cuando estaba de 26 semanas, decidió junto a su esposo realizar una ecografía 5D para conocer a su hija. A pesar de no tener mutual pensaron que valía la pena poner sus ahorros en este estudio. Cuando nació su pequeña de seis años las ecografías quedaron en el Centro Municipal de Salud y esta vez querían tener un recuerdo de la gestación.
Ivana está convencida que Dios quiso que fuera así, porque cuando concurrió a realizarse el estudio, recibió la noticia de que la bebé tiene hipoplasia del ventrículo izquierdo con atresia mitro aórtica.
A partir de las averiguaciones y consultas que realizó, indica que "son bebés que los primeros días de vida y los primeros meses necesitan cuidados muy especiales; una máquina para respirar, una droga para vivir". En Bahía Blanca me explicaron cómo era la patología, lo difícil que iba a ser y nosotros así y todo decidimos continuar".
Ni bien supo el diagnóstico asistió al Hospital Garrahan porque tanto en Bahía Blanca como en nuestra ciudad le dijeron que allí estaban los mejores profesionales y equipos de cirugía, pero la noticia que recibió luego de hacer los estudios correspondientes fue que "la bebé no tiene chances quirúrgicas".
El embarazo cambió desde la semana 26, fue estresante, signado por viajes, estudios y luchas. Nunca fue una opción ni para Ivana, ni para su marido, menos para Naiquén dejar que Juana recorra solita este camino. No la sueltan, la amarran a ellos, la panza de la joven mujer la resguarda, pero falta poco, muy poco y Juana se juega la vida. Algo hay que hacer.
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