La mejor opción para contar la realidad es alejarse de los fríos números estadísticos y hablar, en este caso, con los que menos tienen.

Por eso, Raúl, un vecino de Villa Caracol, contó en primera persona cómo es la vida de un cartonero que sale todos los días a caminar con su carro, en busca de todo tipo de cosas que le permitan llegar a un plato de comida.

En diálogo con LA BRÚJULA 24 FM 93.1, el hombre relató que está desempleado hace 3 meses luego de haber trabajado 22 años en una papelera, pero sin ningún tipo de cobijo legal. "Estaba en negro y me mandaron a la calle sin ningún aviso previo. Acá vivo con mi mamá y con mi mujer, pero con lo poco que podemos juntar entre los tres no llegamos", dijo.

En rigor, Raúl comentó que en "un día con suerte" puede llegar a juntar entre 100 y 120 pesos, entre cartones, fierros y comida que la gente tira. "Hacemos una comida al mediodía, cuando podemos, ya la estiramos lo más que se pueda porque sabemos que quizás al otro día no vuelva a conseguir lo mismo. Aparte si nos quedamos sin gas, cada garrafa sale 100 pesos y ese día no se puede comprar comida y nos vamos a dormir con un mate". 

Consultado respecto de la realidad del barrio, remarcó que en los últimos meses se ha observado un crecimiento exponencial de habitantes. "Empezaron a venir muchas personas a instalarse acá y la mayoría con chicos", afirmó en el programa "Bahía Hoy".

Y, por último, sobre la asistencia del Estado, Raúl fue más que tajante: "No he visto nunca a nadie, ningún asistente social. Sólo hay un comedor que le da un vaso de leche a los chicos".

Celeste, por su parte, con mucho esfuerzo y sacrificio pudo poner un pequeño almacén en el barrio y tener una vida un poco más tranquila junto a su esposo -también cartonero- y sus cuatro hijos. Pero de todos modos, todos los días tienen que remar contra la marea para salir adelante.

"De un día para el otro los precios por los que uno consigue la mercadería aumentan y uno no puede subirlo al público porque la gente no tiene un mango", evidenció la mujer. Y agregó: "La yerba es lo que más subió. Yo sólo vendo comida porque es lo que más se vende, lo primordial. También la leche es un producto que piden mucho. Carne no se vende, solo salchichas a 15 pesos el paquete".

Hablando estrictamente de números, Celeste sostuvo que "hoy hago entre 600 y 700 pesos de caja por día, de los cuáles me quedan 200 de ganancia más o menos". Además, dijo que "muchas veces me piden fiado y acepto que me paguen semanalmente".

Y claro, a modo de análisis, se refirió al flagelo que diariamente afecta a la juventud. "La droga está muy instalada en el barrio y se ve especialmente en los chicos que viven acá, es un desastre".