Miguel Ángel Nicochea, el hombre de 37 años que fue detenido en las últimas horas cuando intentaba atacar con un arpón a Liliana Allende, su familia y un empleado de su verdulería, se negó a declarar ayer en la Fiscalía N°15 a cargo del doctor Eduardo Alberto Quirós.
A Nicochea (vive en situación de calle a pocos metros del comercio en cuestión), quien permanece alojado en un calabozo de la seccional Primera, se le imputan los delitos de "uso de armas y amenazas". En las próximas horas el Juzgado de Garantías definirá si le otorgan la libertad o deberá permanecer tras las rejas.
"Vino a comprar, pero como no le alcanzaba la plata quiso que le diéramos fiado. Le dijimos que no y se fue a las puteadas, muy enojado e insultándonos desde la esquina", recordó la mujer en LA BRÚJULA 24, donde agregó: "Al rato alguien llamó a la policía y vinieron dos agentes que lograron calmarlo".
Lejos de haber sido un hecho aislado, lo peor vendría durante la tarde del lunes. Como si se tratara de una película de terror. Nicochea volvió "con dos palos, uno con un fierro en una de las puntas y el otro con un gancho como de carnicero".
"Yo me paré adelante para que no lastimara ni a mi marido ni a mis hijos y el tipo me tiraba. Si no me corrían me podría haber pegado. Ahí volvieron a llamar al 911 y se lo llevaron", relató Allende.
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